¿Cómo Alcanzar un Verdadero Crecimiento Espiritual?
" Así que quiten de su vida todo lo malo y lo sucio, y acepten con humildad la palabra que Dios les ha sembrado en el corazón, porque tiene el poder para salvar su alma. No solo escuchen la palabra de Dios; tienen que ponerla en práctica. De lo contrario, solamente se engañan a sí mismos."
Santiago 1:21-22 (NTV)
Se puede llegar a pensar que la lectura de la palabra y la oración son la única fuente de crecimiento espiritual; por su puesto que son la fuente principal para acercarnos y conocer a Dios, pero es necesario recordar que “la fe sin obras es muerta”, es decir, que si no ponemos en práctica lo que Dios nos enseña a través de su palabra no habrá una evidencia que confirme el poder transformador de la palabra de Dios. No hay nada que nos haga crecer espiritualmente como la práctica y el ejercicio diario de la enseñanza bíblica.
La Biblia está llena de promesas, pero para alcanzarlas no es suficiente con conocerlas; es necesario negarse a sí mismo. A pesar de que nuestra mente humana no comprenda lo que Dios demanda de nosotros, debemos estar seguros de que Él jamás hará nada que pueda lastimarnos, porque somos sus hijos.
Obedecer es un acto de nuestra voluntad; podemos decidir quedarnos en el conocimiento de la palabra, sin ser practicantes de ella, o tomarla como un estilo de vida siendo obedientes a ella. La obediencia por lo general no nos agrada porque nos exige sacrificio. Isaías 48: 6
Cada día y cada circunstancia de nuestra vida es una oportunidad para poner a prueba cuánto somos capaces de obedecer. Esto nos indicará cuánto hemos crecido espiritualmente.
¿QUÉ DEBEMOS OBEDECER?
La palabra de Dios, porque allí está escrita su voluntad, Col 1:10. También limpia nuestros pensamientos, Rom 12: 2.
Nos da vida eterna, Juan 10: 27 – 29.
¿QUÉ PASA CUANDO OBEDECEMOS?
Aseguramos una vida de victoria, Deut 28.
Desarrollamos una amistad con Dios.
Vivimos seguros, Lev 25: 18.
El amor de Dios se manifiesta, 1 Juan 2: 5.
Somos bendecidos, Deut 11: 26-27.
Encontramos la felicidad, Prov 29:18.
Larga vida, Prov 3: 1-2.
Somos su tesoro, Éxodo 19: 5.
Somos bienaventurados, Sant 1: 25
¿POR QUÉ OBEDECER?
Trae salvación a nuestra alma, Sant 1:21-27.
Se sustituyen los pensamientos del hombre por los de Dios.
¿A QUIÉN DEBEMOS OBEDECER?
Obedecer a Dios, Deut 11: 13-15.
Obedecer a nuestros padres, Efesios 6:1-2.
Obedecer a las autoridades, Rom 13: 1- 2.
Obedecer a nuestros pastores, Hebreos 13: 17.
Obedecer a los Jefes, Efesios 6: 5.
